Creo que en esta entrada es adecuado dejar al lado el lenguaje periodístico y escribir en primera persona. Quiero referirme a todo lo que me ha pasado esta semana en los Cursos de Verano. Aprovecho de aclarar algunas cuestiones que, por lo visto en los comentarios de los medios de comunicación, no han quedado muy claros, y también para responder a algunos comentarios, que son los que me parecen los más importantes.
Accedí a los Cursos de Verano de la UCM con una beca de oyente, que la universidad regala a sus alumnos con mejor expediente académico. Esta beca incluye la participación en los Cursos y un autobus todos los días desde Madrid (a las 8:30) y de vuelta desde El Escorial (a las 19:15). No incluye ni comida no alojamiento, y dudo que cueste mucho dinero a la universidad, ya que los cursos de todas formas se celebran y siempre queda espacio para algún alumno, al igual que los autobuses también sirven a las personas que se inscriben en los Cursos de Verano de oyente, pagando por el curso.
Para mis estudios de Periodismo en la UCM no cuento con ninguna beca. El acceso a las becas es más difícil para los que estudiamos y vivimos aquí, pero con nuestras familias en otro país. Puedo estar equivocada en este punto, pero por lo menos yo no he encontrado ninguna beca a la que pueda acceder.
Me inscribí en el curso del PP después de haber visto la lista de ponentes. Ya me imaginaba cómo podría llevarse a cabo el curso, pero fui con la intención de hablar con alguno de los Ministros y altos cargos, y quizás conseguir una entrevista para este blog. También ofrecí el tema a un periódico alemán, que prefirió convertirlo en una historia más cercana a la gente común y corriente, cosa que me pareció estupenda. Además del interés periodístico, eligí este curso para debatir. En el curso que hice el año pasado - con la misma beca, pero organizado por Servimedia - se me había dado bien el debate. Pensaba: ¿por qué no debatir con los que necesitan escuchar otras opiniones? ¿Con los que gobiernan el país, muchas veces sin saber cómo lo pasan sus ciudadanos? A lo mejor iba a hacerles pensar.
Ya sabéis cómo han sido los primeros dos días de curso, ya que he escrito sobre ellos aquí en el blog. Lo que no sabéis es cómo me sintí: me agobiaba el ambiente del curso, estar entre gente que era tan diferente que yo, aguantar un ambiente sin debate, con aplausos y mentiras. Ya los primeros dos días debatí dónde se podía, pero era difícil, ya que no en todas las charlas se admitía debate, y porque en algunos casos costaba desmantelar el argumento del ponente. Me ayudaba mi novio, afirmándome que al asistir a este curso e informar de forma crítica de él sí podía aportar algo diferente a esta sociedad.
Miércoles por la mañana. Sabía que El Mundo había publicado los originales de los papeles de Bárcenas y me interesaba ver las reacciones, sobre todo los de la ciudadanía. Me imaginaba una gran manifestación. Sin embargo, al leer el periódico, me di cuenta que sólo había habido una pequeña manifestación en c./ Génova. Lo que me pareció más interesante en este momento era la reacción de la política: Esperanza Aguirre pidiendo explicaciones y Rosa Díez enviando un correo a todos los diputados del PP para que firmen la petición de comparencia de Rajoy en el Congreso de los Diputados. Pensaba: Sería interesante preguntar a un diputado del PP si va a firmar esta petición. Al mirar el programa del curso, me di cuenta que justo este mismo día Floriano iba a hablar de la desconfianza de los ciudadanos en la política. Era el candidato perfecto. ¡Qué interesante habría sido escribir aquí en el blog sobre un diputado del PP que sí firmaba esta petición!
Mientras Floriano daba su charla, preparé mis preguntas, sin mucha esperanza de que mi iba a tocar hacerlas: veía todos los periodistas en el Auditorio, y sospechaba que ya iban a hacer estas preguntas antes de que las pudiera hacer yo. Guié las preguntas en la charla de Floriano. Tampoco voy a preguntar sobre este caso como alumna, si el ponente está hablando, digamos, de salud. Me sorprendió durante mucho tiempo que Floriano no mencionara el caso Bárcenas: era lo que había en el aire, se sentía, todos lo sabían, pero él lo evitaba. Finalmente, empezó hablar del caso, pero evitando el nombre del ex-tesorero. Sí decía que B. era un mentiroso, que eran sus y sólo sus papeles, sólo sus cuentas, y que esto no tenía nada que ver con la contabilidad del PP. Que el PP ya había publicado su contabilidad, y el presidente de gobierno sus ingresos. Claro, y si yo cobraría sobresueldos ilegales también lo anotaría en mi contabilidad corriente...
Un periodista fotografía a Floriano y Casado. Foto: J. Ruth |
Me enojó la exposición de Floriano, y estaba determinada a hacer mi pregunta, si es que me daban el turno. El primer turno de preguntas se lo llevó un compañero del curso, sin criticar nada, después de que se les había vetado la palabra a los periodistas. Vamos a ver: el periodista estaba justo detrás del hombre al que se concedió el primer turno, además ambos tenían el mismo nombre. El moderador del curso dijo el nombre, y apuntó en esta dirección. Se levantó el periodista, presentándose. El moderador contestó que no se admitían preguntas a periodistas, sólo a alumnos, y que de toda forma se había referido a la persona delante de él. Ahora que quedaba claro que el ponente quería evitar preguntas sobre el caso Bárcenas, estaba claro que tenía que hacer mis preguntas, se trataba de un tema de gran interés público del que el partido que gobierna no quiere hablar. Es lo que hubiera hecho cualquier periodista, y desde luego, la mayoría de mis compañeros en la facultad. Hay que conseguir la información y aunque sospeches que no te la den, por lo menos hay que intentarlo e incomodarlos. En realidad es lo que cualquier persona con sentido de la razón, y muchos de los españoles hubieran hecho. Pero en este momento era una de las pocas que lo iban a hacer: con pocos alumnos críticos en el curso, y con las preguntas vetadas a los periodistas, lo único excepcional de este acto fueron las circunstancias. De hecho, eran sólo unas preguntas que cualquier ciudadano hubiera pronunciado, si hubiera tenido la oportunidad.
En este momento cabe matizar sobre el rol de los periodistas en estos cursos de verano. ¿Es legítimo que quieran preguntar dentro de las clases? Yo creo que en un caso como este sím para estar seguros que la persona de interés no se les escape. Tampoco es algo inusual. En el curso donde al que había asistido el año pasado sí se admitían preguntas a periodistas, de hecho a cualquiera que estuviera en el aula. Incluso en este mismo curso sobre retos de la sociedad española más allá de la crisis - si no me equivoco - se habían admitido preguntas de los periodistas los días anteriores. Es obvio que no es la idea transformar un curso en una conferencia de prensa, pero sí que se pueden admitir una o dos preguntas de los periodistas, sobre todo si ya les es imposible preguntar en las ruedas de prensa, si es que se convocan.
Yo había dicho a los medios de comunicación que probablemente en Alemania no se vetaría la palabra a los periodistas, y creo que en este caso es así. No sobre un tema de tanto interés público, y no en un curso de una universidad. Esto no quiere decir que en Alemania todo esté de puta madre: hay muchas cosas que van mal y que no salen a la luz. Pero cuando salen en los grandes medios de comunicación, como ha sido con el caso B., sí que se tratan de otra forma. En estos casos los métodos de presión políticos y ciudadanos funcionan bastante bien. Un comentario me había respondido que en la visita de Obama a Alemania se vetaba la entrada de periodistas a la cena convocada por el gobierno alemán, que había elegido personalmente todos los invitados. Es verdad, pero no sé si se puede comparar la visita del presidente de los Estados Unidos con una conferencia del tercero del partido del gobierno en un marco universitario. Estoy convencida de que en este marco, el tercero del partido hubiera tenido suficiente respeto por la universidad como para no dejarla en ridículo al vetar preguntas de periodistas.
Volvemos a la historia. Le hice tres preguntas a Floriano - sobre el caso en general, si la dimisión de Rajoy restablecería la confianza ciudadana en los políticos, y si va a firmar la petición. Me respondió solamente a una. Volví a insistir en la última, pero me hicieron callar con aplausos y pasaron a la próxima pregunta. Después, solamente quería salir de esta sala y desaparecer. Sobre todo el ambiente hostil me ponía de los nervios. En cuanto terminó la conferencia cogí mis cosas y me fui. En la puerta me esperaban los periodistas, agradeciéndome, y pidiéndome que esperara para que me hagan unas preguntas. Conzco la profesión periodística y pensaba que querían unas declaraciones para hacer más redondos sus piezas, y por si acaso les faltaba material. Bien, quiero que mis compañeros puedan trabajar bien, ya sé lo molesto que es cuando se niegan a darte la declaración que necesitas.
Después subí un artículo al blog, y me desconecté: fui a pasear al pueblo. Cuando volví, poca antes de que empezara la mesa redonda de la tarde, me encontré con el periodista del Mundo que había escrito sobre mí: me mostró que estaba en la portada de la versión digital del periódico. También me dijo que los de la televisión querían hablar conmigo. No me lo podía creer. Al final, no había hecho nada extraordinario. Como iba casi llegando tarde, no tenía tiempo para leer el artículo. Eso lo haría en la noche en casa. Los otros asistentes al curso estaban mucho mejor informados que yo: me recibieron con miradas hostiles, cuando la chica sentada a mi lado hizo una intervención crítica, empezaron a gritar que no, intentando hacerla callar, y finalmente, un alumno me acusó de haber mentido a los periodistas diciendo que todo el alumnado era de las Nuevas Generaciones del PP. Me hicieron responder, y como entre todo el estrés no me acordaba, les dije que como mucho había sido una impresión, y además fundada, ya que se conocían todos de nombre. Cuando leí el artículo en casa, me di cuenta que este alumno se refería a una parte en la que yo no estoy siendo citada, y donde queda bien claro que el periodista describe lo que ha visto en la sala.
Al siguiente día, los otros alumnos me recibieron bien. Incluso discutían conmigo sobre lo que había pasado. Uno de ellos me dijo que el PP sí respondía a las preguntas de los periodistas, que el Presidente de Gobierno había publicado una nota de prensa. Yo le respondí que Rajoy es votado por el pueblo y que debe servir al pueblo, que en esta circunstancia por lo menos debería mostrar su cara a los periodistas y a los ciudadanos. Durante los días restantes del curso seguí debatiendo en las charlas, y los otros alumnos hablaban conmigo fuera de clase. Algunos me confirmaron que militaban en las Nuevas Generaciones del PP. De lo que me decían los otros alumnos - que tampoco era nada concreto - y de algunos comentarios - aunque pocos - a los artículos de los medios de comunicación, me dio la impresión que sí había gente entre ellos que no estaba contento con lo que pasaba en el caso Bárcenas, pero que tienen miedo a decir algo. Desconzco a qué se debe este miedo. El último día, viernes, después de que concluyera el curso, tres chicos incluso se hacían fotos conmigo. Y tampoco les iba a negar la foto, al final no conozco muy bien a esta gente y no debo juzgarlos sólo porque están inscrito en un partido.
Ahora es tiempo de responder a los comentarios en los medios de comunicación - o sea a los que aún hace falta contestar después de esta larga historia. Agradezco especialmente la oferta de asilo político y de llevarme a los cursos, pero después de todo no ha sido necesario. He sido criticado por no hablar de los EREs en Andalucía - por lo menos eso es lo que dicen los medios de comunicación. No he asistido a un curso del PSOE, y si lo hubiera hecho, probablemente hubiera preguntado por el tema, especialmente si se hubiera encontrado un diputado por Andalucía entre los ponentes. De toda forma, si el presidente de gobierno de todo el país está involucrado en un caso de corrupción, eso es de mucho mayor magnitud que lo que pasa en una Comunidad Autónoma. Pero si a alguien le interesa mi opinión sobre temas más allá de Bárcenas, como los EREs o la política en Alemania, especialmente antes de las elecciones, invito a que me escriba un correo y le contesto, incluso publico sobre estos temas aquí en mi blog. Especialmente me gustaría hablar sobre los bancos de los Länder, el caso Gustl Mollath - relacionado con el HypoVereinsbank - y la política europea de Merkel, cuyos devastadores efectos no se reflejan en los medios alemanes. Por cierto, para cambiar esto estoy haciendo el reportaje sobre juventud y educación para el periódico en el que trabajo allá de colaboradora.Por otro lado, me pareció interesante ver mucha gente que estaba agradecido que Merkel mandaba en Europa y ponía orden en las cosas. No he formado opinión sobre esto, pero sí que es interesante que la Canciller a pesar de todas las críticas también cuenta con apoyo aquí en España.
También quiero dejar claro que para mi España no es un lugar para venir de vacaciones o jubilarme. Soy aún muy joven para jubilarme, vivo aquí desde hace tres años: vivo aquí y estudio aquí. Esto es mucho más que una diversión para mí, y en mi propia casa me doy cuenta de los efectos de la crisis. Este mismo comentario ha dicho que España ya no es élite mundial, que se estaba quedando atrás. Tengo que matizar que existen cosas en mi facultad que no me gustan, pero esto pasa siempre. A grandes rasgos estoy muy contenta con la educación que recibo en mi facultad, cuenta con algunos muy buenos profesores, y creo que tiene más valor para mí estudiar aquí, ya que la educación se lleva a cabo desde otro punto de vista del alemán.
Se ha dicho que es muy fácil criticar a Floriano, que el PP lo tiene a propósito para que se hable de él, y que no es el más listo. Me da igual quién es Floriano, la verdad es que si tiene un alto puesto en el partido de gobierno hay que hacerle estas preguntas. Hay que hacer estas preguntas a todo el mundo. Esto también les digo a todos los que me han dicho que esto es España y que aquí no contesta no dimite nadie. Os digo que tenéis que preguntar, aprovechar cada oportunidad, por esto mismo me inscribí en estos cursos, y debería hacerlo todo el mundo para incomodar a los políticos hasta que no aguanten más y empiecen a hablar. ¿O de verdad estáis contentos con estos políticos? Sino, haced algo, si no hacéis nada, la culpa es tanto de vosotros como de los otros.
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