Huelga General 14-N: más Europa, pero sin las políticas de ahora

Megáfono y banderas: símbolos de la huelga.
Fotos: Janina Ruth

Más de un millón de manifestantes hubo en la huelga general del 14-N entre Atocha y la Plaza de Colón - esta es la cifra que nombró Julio Salazár del sindicato USO en su primera intervención ayer. El sindicato UGT dice que había incluso un millón seiscientas mil personas de huelga en Madrid, un 30 por ciento de todos los trabajadores. Los periódicos hablan de un 76,7% de seguimiento, según los sindicatos, y de un 12% según la patronal. Lo que es incuestionable es que la huelga tuvo un seguimiento extraordinario. Durante todo el día, el transporte público estaba vacío, las universidades permanecían cerradas y apenas hubo estudiantes que querían asistir a clase. La manifestación de la noche llegó desde Atocha hasta la Plaza de Colón, una de las plazas más grandes de Madrid, y que estaba llenísima. 

Hay muchas razones por el cabreo: la privatización de la sanidad pública, la reforma de la educación, los recortes en pensiones, prestaciones de desempleo, y muchos más.

La gente culpa a los líderes políticos europeos de la situación, sobre todo a Angela Merkel y el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy.

Maite marcha contra Merkel y Rajoy.

Una de estas personas es Maite, de 65 años. Ella cree que el dictado de Alemania es lo que agrava la situación en vez de resolverla, y su rabia va en contra de la canciller Merkel: "Lo que ella está haciendo está dejando una imagen que perjudica a Alemania", se queja. Sin embargo, sabe distinguir la política de las personas de la calle. Admite que esta imagen no tiene nada que ver con los alemanes como personas.

Europa es el tema central de la manifestación, y solamente como fuente de odio. Se hace mucha referencia a la gente en toda Europa, a los ciudadanos griegos, italianos y portugueses que también están sufriendo los recortes. Es un día emblemático, ya que se celebró una huelga general en varios países de la Unión Europea al mismo tiempo. Las personas de toda Europa se sienten unidas, no se trata solo de España, sino en un cambio profundo de la política en el continente, alejándose de los mercados y acercándose a la gente. Los madrileños quieren la unidad europea, solo que no quieren la política europea actual.

También Teodoro de 36 años piensa en toda Europa. Él cree que en todo el continente hay que cambiar la política basada solamente en la economía de los más grandes y convertirla en una política para todos. Además apuesta por la pluralidad política, que se lograría cambiando la ley electoral, y por una democracia más participativa. Así, propone votar las reformas por referéndum: "Incluso, cuando hay cierta cantidad de firmas, cogen y las rompen porque no les interesa", reclama el filósofo. Teodoro cree que en toda Europa la gente es suficientemente educada como para participar de forma activa en la política. Aparte de eso, le parece importantísima la lucha contra la corrupción en España, y también en Italia.

Sin embargo, los sindicatos no enfocaron sus discursos principalmente en Europa, sino que centraron su crítica en las políticas del gobierno español. Julio Salazár hacia referencia al rol actual de la Justicia, que se manifiesta en contra de desahucios, y también habla del caso Madrid Arena. "Parece que sería mejor que gobierne la Justicia", dice en un momento.

Cándido Méndez de UGT por su parte, propone un referéndum para determinar si la población española aún está de acuerdo con Mariano Rajoy como presidente de gobierno, y con sus políticas. Sino, dice, que Rajoy dimita. 

Otros interlocutores advertían al gobierno que hay alternativas a su política, y que los que quieren estas alternativas son la mayoría de la población. También se criticaba la subida del IVA, y se comparaban las condiciones laborales en España con las de un "país emergente".

Que España se pueda convertir en este país emergente no es de descartar. Cada vez se invierte menos en Investigación y Desarrollo, motores de las sociedades modernas y condición para poder competir con otras naciones. Estos hechos venía reclamando un grupo de jóvenes investigadores. Entre ellos está Zack, investigador del Museo de Ciencias. Lleva alrededor de cinco años estudiando la biodiversidad. Él acudió a la protesta porque los recortes están afectando la investigación básica, cuenta. Este tipo de investigación no rinde cuentas al instante, pero después se pueden sacar créditos, argumenta. De esta forma, los recortes están obligando a los jóvenes científicos a irse al extranjeros. "Y si yo me voy, ya no vuelvo", dice. Él propone cambiar el modelo económico. Hoy en día está basado en el rendimiento inmediato, dice. Habría que apostar por una economía que invirtiera en el futuro. 

Y así hay muchas opiniones, mucho cabreo, y mucho cambio, no solamente en la manifestación, sino en general entre la población española. Sin embargo, todos los que se han expresado el 14 de noviembre en la Plaza de Colón tienen una cosa en común: quieren un cambio profundo, y también quieren Europa.

Videos de la huelga general por Juan Robles González: